Al final las vacaciones comenzaron un día antes ya que el miércoles no hizo falta que trabajásemos en la granja porque estábamos recogiendo mas naranjas de las que Melbourne quería comprar. Así que, el miércoles por la mañana empaquetamos la mini-maleta y nos pusimos en marcha a la gran ciudad. Después de mas de 3 horas conducción, llegamos a la civilización a eso de las 13hr. Como Carlos y Carmen no llegaban hasta las 21hs, decidimos hacer una parada técnica en el centro comercial. Parecía que nunca hubiésemos visto una tienda de lo emocionados que estábamos al poder comprar todo lo que no podíamos en nuestro mini-pueblo. Nos equipamos con una cacerola, utensilios de cocina, otros pantalones que nos hacían falta para trabajar y después de buscar en ochenta mil tiendas encontramos un exprimidor de naranjas (parece que acá no lo utilizan mucho). El problema que a las 18hs ya cerraban todas las tiendas y no sabíamos en que ocupar el tiempo. Al final, entre pitos y flautas, con una parada en McDonalds hicimos suficiente tiempo para llegar al aeropuerto sobre las 20.30hs. El parking costaba 4 dolares los 20 minutos, por esa razón nos quedamos en la zona de carga y descarga en la que se podía parar hasta 2 minutos. Pero, para intentar parecer casuales dejamos las lucen encendidas para que no sea muy obvio que íbamos a estar mas tiempo. El vuelo llego a tiempo y después de recoger las maletas hicimos el reencuentro familiar. Es emocionante volver a ver a los familiares después de 8 meses de mantener contacto virtual. Bueno, el problema fue que cuando intentamos arrancar el coche después de tanto rato de espera nos habíamos quedado sin batería. Inútilmente intentamos arrancarlo empujándolo sin saber si iba a funcionar al ser un coche automático, y ademas tuvimos la mala suerte de tener un lesionado en el intento. Carlos rompió fibras en su gemelo (motivo que nos condicionó un poco los días siguiente). Al final, después de que todos se fueran del aeropuerto conseguimos que unos de seguridad viniesen con una batería portátil y nos echaran un cable (nunca mejor dicho!).
Llegamos al apartamento sobre las 23hs, y como había tanto por decidir y por ponernos al día, nos fuimos a la cama a la 1 de la mañana. Al día siguiente nos levantamos sobre las 6.20hs para ponernos en marcha hacia la primera excursión. Como queríamos que Carlos no caminara mucho el primer día, decidimos hacer la excursión que más tiempo de conducción requería. Es decir, que a las 9 de la mañana después de haber echo una compra para salir del paso, nos poníamos de camino a ver los 12 apóstoles.
Es un sitio que está a unos 274 kilómetros de nuestro apartamento, pero que se disfruta de todo el viaje ya que es una ruta turística que va bordeando los acantilados casi todo el rato. Una vez comenzamos la "Great ocean road" que esta carretera, empezamos a ver rocas en el mar.
Concretamente nos paramos en un faro desde donde se veia 2 enormes rocas de piedra caliza. Por esta razón, aprovechamos
para dar un paseo y sacarnos unas fotos.
Luego, de nuevo a recorrer un poco más.
Las vistas en todo momento eran geniales ya que íbamos al costado del océano y
el día era hermoso. Pasamos varios pueblos y paramos a hacer un
"lunch" e incluso a comer a la ladera del rio (lo que en un principio
nos pareció muy apetecible pero hacía bastante frio).
Finalmente sobre las 4 llegamos al meollo del asunto y encontramos uno de los primeros apóstoles: "Briston stair". No solo la inmensidad de las rocas te dejaban sin aliento, sino que también la combinación al lado del acantilado. Luego de bajar unas escaleras se podía dar un paseo por la playa con unas grandes vistas de fondo.
La siguiente parada ya fue en los 12 apóstoles, que eran 9 mega-rocas que sobresalían del mar producto de la erosión del acantilado a causa del oleaje. En 2005 por la erosión de las olas se derrumbó una de ellas. Cuando llegamos ya era bastante tarde y el sol nos daba a contraluz, por eso las fotos no fueron todo lo esplendidas que queríamos.
Ya prácticamente después de esta parada nos dio poco tiempo de ver alguna figura más antes de que atardeciera del todo. Vimos una roca llamada "Arco" que, como su nombre indica, era una roca con forma de arco.
El camino de vuelta lo hicimos por el interior ya que al ser una carretera mas recta, era más seguro y más rápido. Antes de dejar el "Great Ocean Road" unos canguros hicieron su aparición para que el día fuera redondo. A mitad de camino, paramos en un pueblo que tenia un supermercado para hacer las compras para los días siguientes y para cenar en un chino que en el que nos atendieron de maravilla. Finalmente llegamos a casa sobre las 23hs así que nos fuimos directo a la cama.
Finalmente sobre las 4 llegamos al meollo del asunto y encontramos uno de los primeros apóstoles: "Briston stair". No solo la inmensidad de las rocas te dejaban sin aliento, sino que también la combinación al lado del acantilado. Luego de bajar unas escaleras se podía dar un paseo por la playa con unas grandes vistas de fondo.
La siguiente parada ya fue en los 12 apóstoles, que eran 9 mega-rocas que sobresalían del mar producto de la erosión del acantilado a causa del oleaje. En 2005 por la erosión de las olas se derrumbó una de ellas. Cuando llegamos ya era bastante tarde y el sol nos daba a contraluz, por eso las fotos no fueron todo lo esplendidas que queríamos.
Ya prácticamente después de esta parada nos dio poco tiempo de ver alguna figura más antes de que atardeciera del todo. Vimos una roca llamada "Arco" que, como su nombre indica, era una roca con forma de arco.
El camino de vuelta lo hicimos por el interior ya que al ser una carretera mas recta, era más seguro y más rápido. Antes de dejar el "Great Ocean Road" unos canguros hicieron su aparición para que el día fuera redondo. A mitad de camino, paramos en un pueblo que tenia un supermercado para hacer las compras para los días siguientes y para cenar en un chino que en el que nos atendieron de maravilla. Finalmente llegamos a casa sobre las 23hs así que nos fuimos directo a la cama.
Al día siguiente no madrugamos tanto, ya que estábamos cansados
del día anterior. Aprovechamos por la mañana para hacernos un mega-desayuno al
estilo inglés con hamburguesas de canguro y huevos. Al salir de casa estaba
lloviendo y por eso decidimos acercarnos en coche al centro. Una vez allí fue
más fácil manejarse con el tranvía circular y el autobús turístico que eran
gratis. Nuestra primera parada fue en el "Victoria Market" que muy
bonito de arquitectura no era, pero que por dentro vendían cosas muy bonitas y
en su mayoría de mejor precio del esperado.
El siguiente paso era encontrar la parada del tranvía más cercana. Al subirnos estaba un poco llenito y no pudimos escuchar bien la explicación, pero más adelante ya conseguimos unos asientos y comenzamos a disfrutar de las vistas. Después de unas cuantas paradas nos bajamos enfrente de "Flinders Street Station" que es una estación hermosa de estilo antiguo que se construyó en el año 1854 (si han leído bien, por fin llegamos a una ciudad donde existen cosas con algo de historia) y de hecho, la combinación entre los edificios victorianos y los rascacielos modernos son impresionantes. A pesar de la lluvia nos pusimos a callejear por la zona céntrica de Melbourne. En uno de sus callejones, concretamente en "Centre Way", paramos a hacer un lunch-café en un sitio bohemio buenísimo llamado "health food" en donde comimos unas magdalenas caseras de gran tamaño (muffins). El sitio estaba muy cerquita de "block arcade" que nos recordó mucho al arco de enfrente del Duomo de Milan.
Ya después callejeamos un poco más y cogimos el tranvía de vuelta para completar el circuito y quedar cerca del parking. Volvimos a casa más pronto, porque a las 18hs quedamos con unos conocidos de Carmen y Carlos que nos pasaron a buscar a casa y nos llevaron a un restaurante cerca de casa típico Australiano. Además de una buena compañía la comida fue excelente. La guinda del pastel fue que compramos un ticket para un sorteo del restaurante y ganamos!!! el premio fue una bandeja de todo tipo de carnes, es decir, costillas de cordero, salchichas, butifarra, chorizo, entrecot de ternera, solomillo de cerdo, mortadela, salsa barbacoa y perejil. Mas o menos estamos hablando de unos 5 - 7 kilos. Como podrán imaginar ese fue el mejor regalo que uno le podría hacer a Helios. Nos quedamos en contacto con las personas que cenamos y probablemente intentaremos quedar con ellos cuando vengamos a la ciudad nuevamente.
El siguiente paso era encontrar la parada del tranvía más cercana. Al subirnos estaba un poco llenito y no pudimos escuchar bien la explicación, pero más adelante ya conseguimos unos asientos y comenzamos a disfrutar de las vistas. Después de unas cuantas paradas nos bajamos enfrente de "Flinders Street Station" que es una estación hermosa de estilo antiguo que se construyó en el año 1854 (si han leído bien, por fin llegamos a una ciudad donde existen cosas con algo de historia) y de hecho, la combinación entre los edificios victorianos y los rascacielos modernos son impresionantes. A pesar de la lluvia nos pusimos a callejear por la zona céntrica de Melbourne. En uno de sus callejones, concretamente en "Centre Way", paramos a hacer un lunch-café en un sitio bohemio buenísimo llamado "health food" en donde comimos unas magdalenas caseras de gran tamaño (muffins). El sitio estaba muy cerquita de "block arcade" que nos recordó mucho al arco de enfrente del Duomo de Milan.
Ya después callejeamos un poco más y cogimos el tranvía de vuelta para completar el circuito y quedar cerca del parking. Volvimos a casa más pronto, porque a las 18hs quedamos con unos conocidos de Carmen y Carlos que nos pasaron a buscar a casa y nos llevaron a un restaurante cerca de casa típico Australiano. Además de una buena compañía la comida fue excelente. La guinda del pastel fue que compramos un ticket para un sorteo del restaurante y ganamos!!! el premio fue una bandeja de todo tipo de carnes, es decir, costillas de cordero, salchichas, butifarra, chorizo, entrecot de ternera, solomillo de cerdo, mortadela, salsa barbacoa y perejil. Mas o menos estamos hablando de unos 5 - 7 kilos. Como podrán imaginar ese fue el mejor regalo que uno le podría hacer a Helios. Nos quedamos en contacto con las personas que cenamos y probablemente intentaremos quedar con ellos cuando vengamos a la ciudad nuevamente.
El sábado nos pusimos en marcha un poco más pronto ya que queríamos
ver realmente el centro. Caminamos hasta
la parada del bus gratuito más cercana y nos sorprendimos enormemente con la
calidad del servicio ya que era muy cómodo y daban buenas explicaciones de las
paradas. Después de una hora de recomendaciones nos volvimos a parar al sur del
centro, exactamente en "Federation Square" enfrente de la estación
del día anterior. Aprovechamos para ver el ACMI (Centro australiano de imagen y
cine) y ver alguna exposición en el interior. Además de lo bonito de la
arquitectura, en la plaza central había una gran pantalla en la que podías
verte en directo. Justo en frente estaba la catedral "St Paul".
Entramos a dar un paseo por el interior y ya nos dirigimos al meollo de la
ciudad.
Paseamos por sus calles, miramos sus tiendas (con muchísima mas vida que Brisbane) y hasta vimos un Zara....!!! Luego de pasear un poco nos dio hambre y por ello nos fuimos a la callejuela Degrave St en la que la guía nos recomendaba un bar. Por cierto, cualquiera de los bares de la zona es muy recomendable ya que tiene su terracita con estufa y se vive la ciudad.
Luego nos fuimos a buscar Chinatown, que la verdad que nos decepcionó mucho porque en todo el barrio nos ha costado mucho encontrar un supermercado asiático. Al final preguntando encontramos uno chino, por ende, no conseguimos los productos exactos que buscábamos ya que nos gustan más del estilo coreano, pero conseguimos comprar unos noodels por el estilo, unas "seasoned seaweed laver" que vendría a ser un snack de alguitas crujientes con un toque de sal y agua de aloe vera (todo en cantidad ya que no volveremos a ver un súper asiático en tiempo). Al salir del súper ya estaba oscuro y lloviendo, asique nos tomamos un taxi y para casita. Al llegar, como estamos en Australia, vimos la peli titulada Australia!!! Ya después de eso a la cama que los días en los que se hace de guiri dan mucho sueño....
Paseamos por sus calles, miramos sus tiendas (con muchísima mas vida que Brisbane) y hasta vimos un Zara....!!! Luego de pasear un poco nos dio hambre y por ello nos fuimos a la callejuela Degrave St en la que la guía nos recomendaba un bar. Por cierto, cualquiera de los bares de la zona es muy recomendable ya que tiene su terracita con estufa y se vive la ciudad.
Luego nos fuimos a buscar Chinatown, que la verdad que nos decepcionó mucho porque en todo el barrio nos ha costado mucho encontrar un supermercado asiático. Al final preguntando encontramos uno chino, por ende, no conseguimos los productos exactos que buscábamos ya que nos gustan más del estilo coreano, pero conseguimos comprar unos noodels por el estilo, unas "seasoned seaweed laver" que vendría a ser un snack de alguitas crujientes con un toque de sal y agua de aloe vera (todo en cantidad ya que no volveremos a ver un súper asiático en tiempo). Al salir del súper ya estaba oscuro y lloviendo, asique nos tomamos un taxi y para casita. Al llegar, como estamos en Australia, vimos la peli titulada Australia!!! Ya después de eso a la cama que los días en los que se hace de guiri dan mucho sueño....
El domingo al levantarnos dejamos las maletas preparaditas y
todas juntas así solo teníamos que volver a buscarlas. Cogimos el coche en dirección
a la costa y de camino paramos en el museo de Melbourne para apreciar la arquitectura
ya que para entrar había que pagar. También en el camino pasamos por los
jardines Fitzroy donde está la casa del capitán Cook. Una vez del otro lado del
rio (zona sur) paramos en un parque inmenso que tiene un lago de aproximadamente
4 quilómetros de diámetro y también un campo de golf totalmente gratuito. Desde
ese parque había unas vistas de la ciudad dignas de recordar.
Y de nuevo otra vez en coche hasta el barrio de St Kilda beach, que hablando en español vendría a ser Lloret de Mar y en argentino un Santa Teresita más o menos. Había un mercadito muy mono en el paseo marítimo y una calle llena de restaurantes. Nosotros como bien nos recomendaba la guía paramos en uno de la calle Acland que por 4 dólares cada uno nos sirvieron un señor café. Sobre las 15hs nos volvimos a la casa a buscar las maletas y, sobretodo, toda la comida que habíamos ganado para luego ponernos en marcha con calma para Kerang, ya que aun nos quedaba unas 3 horas de viaje. Llegamos sobre las 21hs (después de un viaje sin complicaciones y una parada en McDonalds) y al terminar el Check in en el hotelito Carlos condujo el coche hasta la granja a la cual llegamos de noche para dejarnos a nosotros y llevarse el coche de vuelta al hotel.
Y de nuevo otra vez en coche hasta el barrio de St Kilda beach, que hablando en español vendría a ser Lloret de Mar y en argentino un Santa Teresita más o menos. Había un mercadito muy mono en el paseo marítimo y una calle llena de restaurantes. Nosotros como bien nos recomendaba la guía paramos en uno de la calle Acland que por 4 dólares cada uno nos sirvieron un señor café. Sobre las 15hs nos volvimos a la casa a buscar las maletas y, sobretodo, toda la comida que habíamos ganado para luego ponernos en marcha con calma para Kerang, ya que aun nos quedaba unas 3 horas de viaje. Llegamos sobre las 21hs (después de un viaje sin complicaciones y una parada en McDonalds) y al terminar el Check in en el hotelito Carlos condujo el coche hasta la granja a la cual llegamos de noche para dejarnos a nosotros y llevarse el coche de vuelta al hotel.
El lunes nosotros madrugamos para trabajar mientras que
ellos hicieron un recorrido por los pueblos en los que estamos e hicieron
muchas averiguaciones que nos pueden hacer el día a día mas fácil. Además dicen
que en uno de los pueblos más cerca que tenemos, las vistas del rio son increíbles
(tendremos que hacer alguna visita por allí). A eso de las 16hs se acercaron a
la granja y nosotros dimos por concluido el primer día de trabajo con 4
"bin" hechas. Tuvieron suerte porque fue el primer día que pudimos ver
como recolectaban las olivas con unas máquinas llamadas "shakers" que
sacuden el árbol al mismo tiempo que una cinta mecánica las pone dentro del cajón
(y que no nos extrañe que dentro de unos años los robots recojan las naranjas
por nosotros). A eso de la 18hs cuando se hizo de noche, nos quedamos en casa
cenando uno de los tantos kilos de carne que ganamos y charlando todo el rato
que pasamos juntos. Ya lamentablemente después de eso nos quedó ir a dejarlos
al hotel y la despedida (difícil como siempre). Pero esto no es un adiós sino
otro hasta luego y muchísimas gracias Carlos y Carmen por regalarnos nuestras
primeras vacaciones en Australia, esperamos que sigan disfrutando de los 8 días
que les queda en la ciudad de Sídney.
P.D: Muchas gracias por los regalos que nos han hecho llegar.
P.D: Muchas gracias por los regalos que nos han hecho llegar.

