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lunes, 29 de diciembre de 2014

Otro sueño cumplido: La gran barrera del coral!

Antes que nada, muy felices fiestas para todos nuestros seguidores, es decir, amigos y familiares. Espero que hayan tenido unas navidades perfectas en familia, cosa que nosotros no pudimos tener por 4º año consecutivo.


Ya han pasado 2 años viviendo en Australia, lo que significa que ya se ha terminado el chollo del visado de Geraldine. Conseguir un nuevo visado que nos cubra a los 2 ha sido fácil, como todos los de Helios, ya que mientras pagues clases siempre podrás pedir un visado de estudiante... que otra vez nos ha costado un ojo de la cara... pero que vale la pena ya que Geraldine podrá hacer clases de inglés.

A pesar de que los 2 años pasaron el 29 de noviembre... con la excusa de que Geraldine no empieza las clases hasta el 29 de diciembre, hemos seguido trabajando a full hasta el 20 de diciembre, cuando prácticamente abandonamos casi todos los trabajos juntos y empezamos nuestras vacaciones. Estas fueron casi tan movidas como las semanas anteriores. Hay que entender que es muy difícil planificar unas vacaciones por tu cuenta cuando se quiere gastar lo menos posible y hacer unos 1800 km. Ademas de eso, estábamos trabajando prácticamente las 24 horas del dia, lo que nos dejaba apenas horas sueltas para buscar información y reservar los hoteles/coches necesarios.

La idea principal era conseguir una motor-home de relocation (mover la caravana de alguien solo pagando la gasolina) entre Brisbane y Cairns al principio del viaje y luego volvernos en avión. De esa manera podíamos conocer toda la costa este y ahorrarnos el alojamiento en el camino, y además volver de manera rápida.

A pesar que nos confirmaron las vacaciones con poca antelación, conseguimos el coche que buscábamos y empezamos a reservar los tour-es por el camino. Lastima que 2 días antes, cuando estábamos confirmando todas las reservas nos dimos cuenta que tuvimos un error en la reserva de la caravana y hemos tenido que re-planificar un plan de emergencia en menos de 24 horas. Finalmente hemos conseguido un avión hasta mitad de camino (ahorrándonos casi un día de viaje de zonas que ya conocíamos) y dándonos mas tiempo para disfrutar del resto del viaje.


El viaje empezó volando a Mackay a las 6 de la mañana del sábado, cuando teníamos inicialmente planificado llegar a esta cuidad el domingo por la mañana. Al llegar, alquilamos un coche y así tuvimos la libertad de movernos a nuestra bola. Después de chequear el coche y cambiarlo porque habíamos pagado por un automático y nos querían dar un manual, nos pusimos en marcha hasta el parque nacional Eungella. A pocos kilómetros antes de llegar hicimos una parada en Finch Hatton gorge, y después de un recorrido por el bosque terminamos en unas piscinas naturales donde muchos locales van para eludir el calor.



Como el calor del norte ya nos estaba penetrando en la piel, nos quitamos la ropa y nos metimos al agua! Después de disfrutar un rato el espectáculo de la gente saltando desde las rocas. Entonces alguien nombró sanguijuelas y Geraldine salió rajando del agua. Después, continuamos viaje hasta el río Broken donde es uno de los pocos lugares de este mundo que se pueden ver ornitorrincos en libertad. Claro que para eso, tenes que tener mucha suerte y estar en las horas de poca luz (muy temprano o muy tarde). Así que nos conformarnos con las tortuguitas autóctonas y empezamos el viaje de vuelta parando en miradores.




En el ultimo mirador antes de hacer los 80 km que nos devolvían a la ciudad, nos dimos cuenta que teníamos una rueda muy deshinchada. Como estábamos en medio de la montaña, conducimos despacito hasta el siguiente pueblo con "gasolinera", e intentamos hinchar la rueda. Al escuchar como se deshinchaban de nuevo, no nos quedó otro remedio que poner la de recambio. Así que nos tocó ir al aeropuerto a que nos dieron otro coche para que pudiéramos continuar el viaje sanos y a salvo. Lastima que este tercer coche, no nos gustó tanto como el segundo, era mas pequeño, tenía menos puertas y resultó ser mas incomodo para dormir en él. Por suerte el aire acondicionado funcionaba de lujo, que fue practicante lo que mas utilizamos del coche.

Después de terminar con el cambio de coche, ya poco tiempo quedaba de día para ver la ciudad o ir a su piscina principal, así que nos dirigimos a la marina a cenar un rico fish and chips con música en vivo y unas vistas al faro (uno de los pocos que queda de queroseno) muy bonitas.


Con pocos días para recorrer tantos kilómetros, nos ha quedado ver un poco la ciudad y quedar con unos amigos que se han ido a a vivir para allí, pero nosotros hemos tenido que seguir viaje que la lista de cosas para hacer era larga y las horas mas bien pocas.

Nuestro siguiente "bullet point" era ver el amanecer en una playa al norte. Cape Hillsborough es un parque nacional con una playa preciosa, que ademas al amanecer esa lleno de "wallabies" que son como mini-canguritos y están hasta que sale el sol (suponemos porque luego hace mucho calor para ellos). Al pesar de madrugar un montón, al pisar la playa pensamos que ya se habían ido porque estaba el cielo bastante claro, pero después de un momento de desesperación vimos que aun quedaban unos cuantos en una zona. Fuimos hasta allí a disfrutar de esos pequeños animalitos que llenan de vida y alegría al que los mire. Cuando el ultimo mini-cangurito se metió en el bosque, decidimos ponernos en camino y así ir haciendo kilómetros en la carreta.





Otras dos horas de carretera y llegamos a Airlie Beach, que es de donde teníamos la excursión al día siguiente. Antes de llegar al pueblo, nos desviamos a ver unas cascadas y ahí aprendimos la diferencia entre las fotos de verano y las fotos de invierno, ya que la cascada no tenia ni una gota de agua cayendo, era mas bien agua estancada. Una vez en el pueblo, nos fuimos a un "lagoon" artificial con agua calentita donde pasamos el primer día relajados de verdad. Hay que tener presente que en el mar hay unas medusas super-venenosas que están en los meses de verano, así que meterse en el mar no era una opción. Pasamos el día sumergidos bajo el agua del lago y por la noche buscamos un lugar a las afueras para dormir, ya que a la mañana siguiente nos pasaban a buscar por el centro para hacer una primera gran excursión.







Tenemos que admitir que no sabíamos muy bien lo que habíamos pagado hasta que no lo vimos, confiamos ciegamente en nuestro agente de viaje al elegir la excursión y resultó ser un éxito. Pensábamos que seria un barco grande como el que habíamos hecho en Lady Musgrave, pero nos llevamos la sorpresa que no era un barco sino mas bien una lancha grande de rafting. Es decir, que el llegar a las islas fue toda una aventura mas que divertida. La primera parada fue cerca de una de las 74 islas que forman el complejo de las Whitsundays. En esta parada nos dejaron tiempo para hacer snorkel. Tenemos que admitir que con la experiencia que teníamos, la zona para ver el coral fue un poco mediocre ya que el coral estaba lejos y los peces tampoco eran lo mas lindo del mundo, pero la verdad es que los chicos se lo curraron mucho y al entrar al agua nos tiraban comida de peces, entonces todos se nos ponían al lado y fue una experiencia diferente (especialmente para Geraldine quien a veces sufre de pecefobia).





Luego recorrimos la mitad de la isla mas grande de la zona (y para nosotros la mas linda) hasta la zona este donde hemos bajado a hacer un recorrido por un bosque hasta llegar al punto panorámico mas fotografiado de Queensland, y el porque esta mas que claro. Aguas azules intensas combinadas con playas blancas.






La verdad que es una pena que en semejante paraíso, en los meses de verano, nos tengamos que proteger de esas aguas. El agua está a temperatura tan perfecta que es una verdadera lástima no poderse meter a menos que vayas muy protegido. Creo que es como ponerle una golosina delante a un niño diabético.





Al volver, nos fuimos derechito a nuestro lago caliente a sacarnos la sal y nadar a salvo de medusas. Cuando dimos por terminados el día, nos pusimos a conducir tanto como pudimos. Por suerte Helios no estaba muy cansado y prácticamente llegamos a Townsvile de un tirón, y eso que son mas de 3 horas conduciendo!!! Paramos el coche en donde pudimos y nos fuimos a dormir.

Obviamente nos despertamos con el calor que hacia muy pronto (cualquiera diría que estamos de vacaciones madrugando cada día). Conducimos hasta la ciudad, y como yo creía que me había olvidado el folleto de la ciudad con las cosas para hacer en casa, pasamos por información de turismo. Lástima que no abría hasta las 9 y aún faltaban 2 horas, así que fuimos al baño, buscamos por Internet que ver, y cuando a las 8.30 nos volvíamos para el coche, la de la oficina abrió y nos dio muchas recomendaciones para hacer en nuestro último día antes de Cairns. Como ya sabíamos, la mayoría de las cosas están ente Townsville y Cairns, y mayoritariamente antes de llegar a la última. Pasamos por el look out de la ciudad y continuamos el viaje, ya que nos interesaba hacer cuantos más kilómetros mejor por la mañana, para así poder disfrutar la tarde en alguna cascada o parque natural.


La verdad que se nos hizo muy duro (especialmente a Geraldine) no poder parar en cada cartel marrón que recomienda un parque, una cascada o un mirador, y aun intentando cerrar los ojos y seguir viaje hubo un par de paradas que no pudimos evitar: the litlle creeck y el look out de Hinchinbrook Island. El primero es un río con encanto en el que se puede nadar y además pasa un puente por encima.




En el segundo, es un mirador cerca de la carreta que se ve una isla casi tan cerca como si fuera parte de la tierra. 


Para que el camino se nos hiciera mas ameno, hicimos una de las cosas que mas nos gusta, que es comprarle fruta a un granjero, y esta vez tuvimos que dejar pasar muchas opciones de mangos de la zona (ya que no teníamos cuchillo), pero cuando vimos el cartel de lichis, no pudimos decir que no... y claro nos compramos un kilo. Estaban fresquitos y dulces asi que en los 200 km que nos separaban de nuestro destino nos los comimos todos!!!



La chica de información nos recomendó parar en un "castillo español" que hay antes de llegar a Cairns. Con la entrada te permiten pasar la noche en la zona de caravanas, pero nosotros como esa noche ya teníamos reservado un albergue en Cairns, nos parecía desperdiciar la oportunidad. Aun asi, con tan poco tiempo y tantas cosas hermosas que ver antes de llegar, tuvimos que poner las opciones sobre las balanza, y la verdad que la historia de un español que logró hacer tanta fortuna aquí en Australia y que logró cumplir su sueño de hacerse su propio castillo nos llamó tanto la atención que decidimos pagar la entrada y dejarnos llevar por la magia del lugar. Paronella Park es la casa que de un español que vino en los años 1930 y después de años de trabajo en la granja, consiguió hacer negocios y se construyó su propio castillo. El primer tour nos lo dio una chinita que hablaba muy rápido, y cuando describió como logró ahorrar dinero a diferencia de los australianos que se lo gastaban en apuestas y alcohol, hizo una mención sutil de que todos los españoles somos ahorradores y Geraldine casi se atraganta de la risa al saber que en realidad José Paronella era en realidad catalán! En el tour de la tarde, nos explicaron un poco mas la suerte que ha sufrido la casa al estar en zonas de ciclón, ademas de la nueva identidad de los actuales propietarios. Tienen intenciones de reconstruir algunas zonas, que no descartamos volver a verlas cuando las tengan. Ademas la casa está en una zona con una cascada hermosa, y gracias a eso este catalán tuvo el primer generador hidroeléctrico de todo Queensland.










Al terminar, ya era de noche y aun nos quedaba hora y media hasta llegar a Cairns. No tuvimos oportunidad de parar ni para ir al baño ya que si nos demorábamos, se nos iba el chico de la recepción en nuestro albergue. Tan rápido como nos mostraron nuestra habitación, pusimos a cargar todo lo electrónico que teníamos y nos quedamos dormidos en un abrir y cerrar de ojos. Por si no había ocurrido hasta entonces, madrugamos ese día para que nos vinieran a buscar. A las 7 ya estábamos embarcando, y dirrecion Coral Reef!. El barco que nos trasportaba iba bastante rápido y aun así se demoró casi 2 horas en llegar a donde estaba esperando nuestro Barco-hotel. El mismo agente que nos consiguió la excursión anterior, también nos consiguió una macro oferta para este barco. Tan buena era la oferta que llegamos a pensar que podía ser un timo, pero no! ha sido el mejor tour que podiamos pedir y a muy buen precio!. Al final pagamos menos de lo que íbamos a pagar por resignación y hemos estado en el mar un día mas.

Nuestros días en el barco fueron mas o menos lo mismo: dormir, nadar, desayunar nadar, nadar, comer, nadar, dormir..... El barco fue cambiando de destino así durante el día íbamos viendo diferentes corales, y si mal no recuerdo hemos parado en: 360, Manta ray bay, Whale, Club 10 y 5 Ways. Hasta donde nos acordamos, fueron incrementando en espectacularidad. El primero que vimos fue a las 2pm del primer día, después de que nos echáramos una siesta en nuestro camarote. Al meternos al agua, nos gustó que la temperatura fuese perfecta, pero nos pareció que el Coral estaba un poco lejos... será que con la experiencia nos volvimos un poco exigentes, pero resultó ser que no nos habían mostrado un mapa de la zona en la que estabamos, y de golpe nos econtramos con un coral inmenso, lleno de color y lleno de vida... sin duda nada comprado con todos esos comentarios que el coral era blanco y que se estaba muriendo. Nosotros tuvimos la oportunidad de ver unas zonas magníficas de corales, y como dije, a medida que nos llevaban a un lugar nuevo, nos quedábamos sin palabras de lo hermoso que es aquello. Como regalo de navidad encontrmos a nemo, falso nemo y nemo negro, un mini tiburón, y tortugas!.


















Después de no se cuantas inversiones, nos tocó volver el vienes a la ciudad. Pisar tierra después de 3 días de barcos nos ha dejado mareados por varios días. 

Al llegar a la ciudad decidimos darnos un banquete en el puerto y compramos 3 ostras de Nueva Zelanda que eran inmensas.


Esa noche teníamos pensados conducir hasta Port Douglas que está a una hora al norte de Cairns, pero al empezar a conducir nos dimos cuenta que el camino por el que íbamos era patrimonio de la humanidad, y era tan hermoso entre el mar y la montaña que era un desperdicio hacerlo de noche. Así que en la primera oportunidad que tuvimos de parar el coche, paramos a dormir. Antes de irnos a dormir vimos nuestro primer bichito de luz salvaje!. Hay que decir que la noche fue larga y calurosa, si abríamos las ventanas entraban toda clase de bichos y si la dejábamos cerrada cada 2 horas nos levantamos muertos de calor, encendíamos el aire acondicionado por unos minutos, y nos volvíamos a dormir fresquitos, por otras 2 horas mas o menos...



Al amanecer sacamos unas fotos en el punto panorámico en el que estábamos y continuamos viaje con esas preciosas vistas. En lugar de parar en Port Douglas porque era muy temprano, continuamos el viaje y paramos en Mossman. Aunque era tan pronto que ni el supermercado estaba abierto, así que continuamos viaje y esperamos que los snack que teníamos nos alcanzaran hasta la hora de volver. Para entrar en Daintree Rain Forest (selva) hay que cruzar el río Daintree. La única manera es con un ferry de cables que cuesta unos $24 ida y vuelta.



Hay que mencionar que en las aguas de este río e incluso en el mar se encuentran cocodrilos, y hay muchas excursiones que te llevan por el río con comida para verlos. También existen una ave en peligro de extinción que se llama Cassowary (Casuarius en español) y solo se encuentran en Australia y Nueva Guinea. Como los dingos de Fraser Island es algo que nos apetecía ver, pero desde la seguridad del coche, ya que estas aves son impredecibles y pueden volverse agresivas... De hecho volviendo vimos la peli de Tarzan y casualmente sale esta ave atacando a la protagonista... Nos volvemos sin haber visto ningún cocodrilo o cassowary salvaje, pero quizás por eso volvimos....



Una vez en el bosque nos llamó la atención lo comercializado que esta todo, intentan que te quedes a dormir, que comas o que hagas excursiones por el bosque o por el rió... tanto que casi no hay sitio para el que quiere caminar por el bosque por su cuenta. Por suerte mas adelante empezamos a ver sitios de interés como el punto panorámico, o algunas caminatas por el bosque en el que carteles te explican la clase de árbol que estas viendo. Como no podía ser menos en el Rain Forest nos lloviznó al principio, pero el bosque era tan tan tupido que casi ni nos mojamos. Ademas, la lluvia paró pronto dando paso a un calor húmedo de los buenos....Este bosque es muy antiguo ya que data de unos 320 millones de años, y no voy a decir que se notan los años en los arboles, pero algo tan contundente y tan enorme no se forma en 2 días....





 
Al final de la carretera que circula por todo el bosque, se encuentra Cape tripulation, que es el punto mas al norte que se puede acceder "fácilmente" de Australia. Aun quedan otras zonas que se pueden acceder por camino de montaña o bien en avioneta. Esta zona que queda mas al norte de Cape tripulation es prácticamente bosque peligroso, en el que los únicos que se animan a ir para ahí son los aborígenes de la zona. También son zonas donde esta prohibido o muy limitado llevar alcohol y la razón es simple, ahí solo viven aborígenes y ellos no toleran el alcohol igual que el resto de gente. 

En Cape tripulation aprovechamos para dar un paseo por la playa e ir al punto panorámico donde se pueden ver unas vistas preciosas de todo lo que nos rodea.






Una vez al terminar, ya estábamos cansados y agotados de tanto bosque y sol que nos pusimos de camino de vuelta a Cairns. Claro está que haciendo algunas paradas que consideramos necesarias como Port Douglas o Palm Colm Beach.






Al llegar a Cairns, paramos de nuevo en el mismo albergue, ya que resultó barato y cómodo, y después de una buena ducha y cargar toda la tecnología, vimos un poco la tele y nos fuimos a dormir. Lamentablemente con este gesto dimos por terminada nuestras vacaciones porque al día siguiente teníamos que devolver pronto el coche en el aeropuerto, y si bien aun quedaba tiempo para volver a la ciudad a disfrutar del lagoon, el jaleo de ir al aeropuerto y volver no valía la pena y nos quedamos en el aeropuerto haciendo tiempo.

Al volver se suponía que teníamos que trabajar, pero supongo que los jefes de Helios no se fiaban de que trabajase después de las vacaciones y se adjudicaron para hacer las oficinas ellos mismos, de esta manera tuvimos domingo y lunes para acostumbrarnos a la vuelta a Brisbane. Ciudad que nos esperó llorando nuestra ida, ya que dicen que ha estado lloviznando casi toda la semana.

El lunes Geraldine empezó las clases de tarde en el colegio Viva Collage que es donde empezó las clases Helios. Todo parece indicar que las clases por la tarde son bastante mas relajadas que la de la mañana, y puede ser que sea porque es navidad, pero solo eramos 4 en clase.

Un saludo muy grande a todos y les deseamos un muy buen comienzo de año. Sinceramente esperamos que todo vuestros deseos para este 2015 se hagan realidad! Al fin y al cabo solo se vive una vez.