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lunes, 1 de agosto de 2016

Vietnam: 11 Dias Desde Hue hasta Ho Chi Min

Día 10: Hue

Una de las cosas que más nos incomoda de Asia es la insistencia con la que los vendedores intentan venderte cosas después de pasar una noche en un bus que no para de tocar la bocina. Llegas dormido a una nueva ciudad, y ahí están todos los taxis motoristas. Poco entienden ellos que recién levantado uno, cuanto más te molestan, de peor humor te pones. Al final conseguimos unas motos que nos llevaron a ver un hotel cerca de donde queríamos ir nosotros. Si bien el precio estaba bien, seguimos buscando. Al final conseguimos uno mejor por el mismo precio en la calle de al lado. Ya con el hotel reservado nos fuimos a desayunar y en dirección al centro. Desayunamos unos bocadillos de tortilla muy baratos, y por la calle nos ofrecen llevarnos a las tumbas (que están alejadas del centro) a nosotros solos en barco, y aceptamos. Quizás el precio fue un poco elevado, pero sino es muy probable que no hubiésemos ido. 



Hay varas tumbas muy vejas en este pueblo, algunas desde 1700. Muchos emperadores tienen sus tumbas sagradas por estas zonas. Nosotros solo fuimos a visitar una de ellas. El recorrido en barco fue de una hora, y una vez allí nos tocaba caminar hasta el recinto que solo eran 20 minutos caminando. Hoy el sol está muy traicionero, y el camino no se hace nada fácil (menos mal que llevamos gorros). Encima para colmo de males, cuando estábamos por llegar, presenciamos un accidente en el campo de un campesino que se le volcó el mini tractor lleno de arena, con la mala suerte de que se le quedó la mano atrapada y quedó sepultado bajo la arena. Fuimos corriendo a enderezar el tractor mientras otras personas, después de unos minutos agónicos, pudieron liberarle. Suerte que le pasó con gente cerca ya que por poco no se murió asfixiado. No hace falta decir que presenciar esto nos dejó muy tocados y en shock por un tiempo. Al llegar a las tumbas nos tomamos una coca cola para subir el azúcar e intentamos dejar los malos recuerdos de lado.







Las tumbas no nos parecieron nada del otro mundo. Creemos que es una excursión que se pueden omitir sin preocuparse, pero claro, quizás fue porque la experiencia no fue del todo buena.

De camino al bote le pagamos a una moto para que nos llevase porque ya había pasado mucho tiempo.
La siguiente parada fue una pagoda que estaba más bien camino al centro, y aunque es gratis, tampoco tiene mucho interés para nosotros.





Finalmente nuestro botero nos dejó cerca de la ciudadela, y después de tomarnos un café con leche condensada y hielo, ya estábamos listos para caminar la ciudadela entera.
La ciudad a diferencia de las tumbas nos ha gustado mucho más. Si bien el precio de la entrada es el mismo (unos 10 dólares) aquí los jardines están mucho más cuidados, y se hace mucho más ameno visitar todo lo que hay entre estas murallas.




Al final del día creíamos que teníamos una insolación y Helios no se encontraba muy bien. Asique cenamos en un sitio de lujo donde hicimos nuestros propios rollitos vietnamitas, nos acercamos al mercado y nos fuimos derechos al hotel para descansar.



Por suerte la fiebre de Helios solo ha durado una noche y al día siguiente no se ha encontrado mal.

Día 11: Hoi An

El trayecto entre estas 2 ciudades solo es de 4 horas, asique cogimos uno que salía pronto para poder pasar la tarde en esa ciudad, que a muchos les parece la más encantadora.
Llegamos pronto y como siempre contratamos un hotel de esos que están preguntando a la parada del autobús (este especialmente porque salió 8 dólares con piscina y transporte al hotel. Como nos gustó mucho nos quedamos 2 noches.  Después de refrescarnos en la piscina nos pusimos a caminar por esas mágicas calles.



Nuestra primera parada fue a tomarnos un mojito con vistas al canal. Luego hemos mirado tiendas y visitado edificios de estos que siempre te dicen que tienes que mirar, como el puente japonés o los templos.
Lo que más nos ha gustado de aquí es callejear y probar todo tipo de comida callejera, como unos dumplings de gambas, postres típicos o fritadas...



Aprovechamos para pasear por el mercado y contratar el tour para mañana antes de encerrarnos en el hotel para pasar la noche. Cuando íbamos a salir a cenar, estaba lloviendo así que nos hemos quedado sin cenar.

Día 12: Hoi An (my son)

Hoy hemos pagado un tour para que nos vengan a buscar al hotel, nos lleven a unas runas llamadas My son y nos trajeran en barco a la vuelta con cena incluida.
El camino de ida se nos ha hecho eterno. Si bien son solo 50 kilómetros de distancia, el chofer no paraba de tocar la bocina cada 2 segundos y esto a lo largo de una hora se hace muy molesto.
Las runas eran de un tempo budista y nos costó encontrar un balance entre escuchar al guía o sacar fotos.



En el camino de vuelta hemos vuelto hablando con unos colombianos que llevan en Sydney muchísimos años, así que les interrogamos con preguntas que nos podían llegar a ser útiles en un futuro.



A la vuelta nos dejaron justo delante del puente japonés. Nos pusimos a caminar y a buscar algún sitio que vendiesen cervezas a buen precio.
Después de reservar el bus para el día siguiente encontramos en la calle de detrás de nuestro hotel un sitio donde vendían el vaso de cerveza a 20 céntimos y encima si compras 2 te regalan un tercero. Hemos cenado en Cafe 41 y totalmente recomendable. Los precios son muy económicos (aunque las porciones no son grandes) pero sin duda fue la comida más deliciosa que hemos probado en el país. Tanto nos gustó que pensamos volver al día siguiente.

Día 13: Hoi An y night bus

Hoy que era el día que tenemos pensado ir a la playa, pero no paró de llover en todo el día. Así que en lugar de salir del hotel, solo usamos la piscina privada y nos quedamos haciendo tiempo hasta que por la tarde salió el bus que nos llevó a nuestro siguiente destino: Nha Thang
Antes de irnos obviamente volvimos al restaurante del día anterior, y eso sí que fue un acierto.

Día 14: Nha Thang

Llegamos a nuestra destinación a primera hora de la mañana, y lo primero que hicimos como de costumbre fue escuchar ofertas de hoteles. Después de considerar ofertas conseguimos uno a primera línea de playa por 8 dólares y nos fuimos a dormir un par de horas extras. Cuando nos levantamos, nos comimos un sándwich en la esquina y fuimos directos a la playa. Esto es lo que vinimos a hacer aquí: Playa!



Conseguimos unas tumbonas con sombrilla que nos pareció bien de precio y a leer!
Para cenar, solo tuvimos que callejear hasta que encontramos más hacia el interior un puesto típico y nos comimos unos siaopaos y sándwiches con zumo de caña de azúcar para acompañar.

Día 15: Nha Thang

Lo primero que hicimos por la mañana fue reservar el bus para el siguiente día a primera hora de la mañana. Y ya habiéndonos sacado el tema de encima, desayunamos en un sitio con un coco y unos sándwiches de tortilla muy baratos, y fuimos a la playa. Esta vez nos hemos puesto en el puesto de al lado y nos ha saldo un dólar más barato. El resto del día se pasó entre libros y baños.
Ya una vez que el sol estaba más bajo y no picaba tanto, nos fuimos a ver el buda que está más en el interior. Nos costó un rato llegar hasta él, y para cuando llegamos ya se estaba haciendo de noche. 





La vuelta fue mucho más amena, y ya sin prisas íbamos comprando todo lo que veíamos por el camino como zumos de caña de azúcar o siaopaos.

Día 16: Mui Ne

Hoy nos levantamos pronto para ir a la parada del bus. Toda la mañana nos la pasamos leyendo en el bus. Debíamos haber llegado a Mui Ne a la 1.30 pero llegamos una hora más tarde porque pinchamos una rueda.
Si hubiésemos querido quedarnos en este pueblo de playa menos de 24 horas, no hubiese sido posible ya que las excursiones salen a las 4 de la mañana para que veas el amanecer en las dunas y terminan sobre las 9. Como nosotros no queramos correr tanto pensamos que era mejor quedarnos 2 noches y alquilar una moto y recorrerlo todo a nuestro ritmo.
Lástima que las playas de aquí no tenían tumbonas y no nos gustaron mucho. Creo que hubiésemos preferido un día más en Nha Trang y correr un poco en este pueblo, pero a lo hecho pecho.
A la noche, después de haber recorrido la calle del pueblo, cenamos en el restaurante de nuestro hotel. Una cosa que es fenomenal de aquí es el pescado y el marisco. Es muy famoso por la cantidad y calidad. Además está muy bien de precio. El primer día cenamos pescado.

Día 17: Mui Ne

Alquilamos la moto y nos pusimos en dirección norte. Lo primero que pasamos fue el mirador que daba al pueblo pesquero. Las vistas son sin duda mucho mejor que el olor de allí, jajaja


Luego hicimos los 30 km que faltan hasta las dunas blancas. A mitad de camino nos paró un policía, y después de pedirnos el carnet (y quedarse a cuadros cuando ve que está en inglés) nos multa por ir a 45 en carretera de 40. Nosotros no podíamos comprobar a la velocidad que íbamos ya que el velocímetro estaba estropeado. Así que con toda la rabia del mundo le pagamos los 36 dólares que nos pidió de multa. Sin duda hubiese salido más barato venir con la excursión. Pero quien quiere tener que hacer todo corriendo cuando tienes todo el día para visitar las cosas…
Intentando pensar en otras cosas, llegamos a las dunas blancas y nos sacamos foto desde lejos porque no nos apeteció pagar un quad para recorrerlas.


Volvimos dirección al pueblo con miedo de que nos volvieran a multar. Llegamos a las dunas rojas y, antes de ir a sacarnos fotos, nos tomamos un café con leche condensada y hielo que tanto nos gusta.



Ya estábamos prácticamente en el pueblo, y la última parada era el gran mini cañón. En el que se camina por el rio descalzo hasta el final para ver una cascadas.


El rio con las “paredes” rojas es digno de admirar. A mitad de camino paramos en una caseta que vendía cocos a buen precio, y aprovechamos para descansar.



Al terminar pasamos por un kebab y nos comimos un kebab y un batido mixto de frutas.


Como aun nos sobraba un litro de gasolina y un par de horas de sol, fuimos a recorrer las playas a ver si mas a sur había playas con tumbonas. Y efectivamente mucho más al sur las playas tenían más orilla. Hemos flipado con lo largo que es el pueblo, y pensar que en la guía del 2010 parece que el pueblo era una décima parte de lo que es actualmente.
Le regalamos el resto de la gasolina al de nuestro hotel. Devolvimos la moto, nos aseamos y fuimos a cenar en frente del mar. Cenamos unos langostinos y sepa rebozada riquisimos.



Día 18: Mui Ne - Saigon (Ho Chi Min)

La mañana la pasamos de perreo en el hotel. Queríamos ir a la playa, pero dentro de la habitación con el aire acondicionado se estaba de lujo. Y mejor nos duchamos en lugar de meternos en el mar. El autobús que salía a la 1 del mediodía, así que después de hacer el check out a las 12, nos fuimos a comer antes de ir al autobús. El viaje fueron 4 horas que aprovechamos para leer y descansar. Este era nuestro último trayecto en sleeping bus y lo vamos a echar de menos.


En el camino paramos en un sitio donde vendían dragon fruit (fruta del dragon), y no pudimos resistirnos.


Al llegar a la gran ciudad esta vez no había nadie esperándonos para ofrecernos hostales, y nos tocó ponernos a caminar y buscar por nuestra cuenta. Finalmente en una calle un poco escondida nos dejaron las habitaciones de la última planta a 10 USD. Es lo más barato que conseguimos y ya nos pareció bien.
Como solo nos quedaban 2 días en este pueblo, hemos preferido hacer lo que nos queda con excursiones, y aunque gastaremos un poco más que yendo por nuestra cuenta, nos aseguramos que no haya contratiempos y perdamos la oportunidad de realizar las 2 cosas que teníamos en mente.
Después de reservar el tour para el día siguiente al delta Mekong, nos fuimos a buscar un sitio para cenar. Después de callejear esas calles tan concurridas e iluminadas, elegimos un puesto callejero que vendía todo tipo de marisco a buen precio.  Pedimos unas almejas que como las cocinaron tan ricas pedimos también caracoles. Madre mía con la salsa de los caracoles. Además pedimos un batido de aguacate (después de todo el viaje intentando conseguirlo, lo hemos conseguido a días de irnos).



Después de tomarnos unas cervezas en un sitio repleto de libros, nos fuimos al hostal a descansar que al día siguiente a primera hora de la mañana había que estar despiertos para la excursión.

Día 19: Delta Mekong (Ho Chi Min)

Nos pasaron a buscar a las 7.30 y ya estábamos desayunados y preparados para la excursión. El guía que nos tocó fue muy simpático y nos explicó un montón de cosas de la vida en la gran ciudad, de la vida cerca del rio y de la vida en Vietnam en general. Si bien el viaje fue de unas 2 horas, entre libros y explicaciones se nos pasó bastante rápido.
En medio del camino paramos a tomar café en un bar en el que tenía hamacas paraguayas en cada mesa. Nos contó el guía que es para que los de las motos puedan descansar la espalda.



Viajando en barca nos acercamos a una de las islas más importantes del rio y allí nos dieron para tomar un té de miel que era excelente. Lástima que Australia no deje entrar productos naturales porque teníamos unas ganas de comprar la jalea real....


Luego hicimos la excursión en barca por los canales de coco, y ha sido un viaje muy entretenido.
De nuevo en el barco grande nos llevaron a otra parte de la isla donde pudimos ver como hacían golosinas con el coco. Allí nos tomamos un zumo de caña de azúcar. También paramos para comer y nos dieron una hora para comer arroz con cerdo y verduras. Como nos sobró tiempo, nos fuimos fuera a leer.


Para terminar nos llevaron a una granja de productos exóticos y nos dieron todo tipo de frutas y té mientras un grupo de personas cantaban canciones tradicionales.


Lamentablemente aquí se acabó el día y nos tocó volver a la ciudad.
Al llegar paseamos por las calles para terminar con todos los recados que teníamos pendientes, y para cenar volvimos al mismo sitio de los mariscos.

Día 20: Túneles Cu Chi (Ho Chi Min)

Otra vez nos levantamos pronto para tener todo listo antes de que nos pasaran a buscar. Esta vez el guía no hablaba tan fuerte y muchas de las explicaciones nos la perdimos.
Al llegar a los túneles nos enseñaron un video de todas las estrategias que la gente de la zona diseñó para repeler a los americanos.
Nos han enseñado muchas de las trampas y escondites. Incluso nos dejaron entrar en uno de los agujeros que, a pesar de que lo habían ampliado para que puedan caber los occidentales, una que viajaba con nosotros casi se queda atrapada.


Mira que dicen que la falta de recursos agudiza el ingenio, pero madre mía que espabilados que eran los de este pueblo. Llenos de trampas para herir a los soldados y trucos que hacían para despistarlos o esconderse de ellos.
Por último nos dejan entrar en uno de los túneles en los que vivían. El túnel en concreto tiene 150 metros de largo, con salidas cada 20 metros. Nosotros pensamos que eso estaba chupado y quisimos hacerlo hasta el final. Después de 40 metros de cuclillas y lleno de gente por delante y por detrás, Geraldine tomó la salida sin pensarlo. Helios se animó a completar el recorrido, aunque sudó la gota gorda...
Ya para terminar nos dieron un té acompañado con Yuca, que a pesar de que mucha gente no les gustó, nosotros nos lo comimos tan ricamente.
Al volver nos dejaron en la puerta del museo de la guerra. En este se enseña otro tipo de guerras, como las que tuvieron entre ellos entre la parte norte y la sur. Impactaba las torturas a las que se sometían entre ellos mismos, y como quedaban los reclusos después de 10 años de torturas y encarcelamiento. La verdad que las fotos y las descripciones de cómo se trataban los unos a los otros nos ha dejado muy tocados y no entendemos como la gente puede ser tan cruel.  Son estos momentos en los que das gracias de haber nacido en un país que no está en guerra.


Ese día cenamos en Burger King y preparamos las cosas para el viaje. Contratamos un taxi para las 6 de la mañana y controlamos los gastos para estar seguros que nos quedaba para desayunar.
Cambiamos 2 libros de lo que teníamos por uno nuevo, y con esto pusimos fin a un país que, a pesar de algunas sorpresas que tuvimos, nos ha encantado y enamorado. Sin duda la mejor comida hasta el momento y paisajes que te quitan el aliento.
Muchas gracias Vietnam.

Día 21: De Vietnam a Singapur

Nos levantamos, cogimos el taxi, desayunamos y cogimos el avión. Simple y fácil. Aun así nos ha llevado toda la mañana...
Al llegar a Singapur nos pusimos a solucionar donde íbamos a dormir en Australia, y las comodidades de este aeropuerto hacen sin duda que sea nuestro aeropuerto favorito. Después de haberlo solucionado, intentamos hacer el tour gratuito por la ciudad, pero como quedaban menos de 6 horas para nuestro vuelo, no nos dejaron cogerlo. Así que nos tuvimos que conformar con ir a comer al Burger King del aeropuerto, y pasarnos un buen rato en las máquinas gratuitas de masajes en los pies. Hasta hemos acabado con dolor en los gemelos de tanto rato en las máquinas…


Por suerte el siguiente vuelo era por la noche y aprovechamos para dormir lo más que pudimos.
Si bien en Australia también estaremos de vacaciones, al no estar viajando y conociendo cosas nuevas y al no querer gastar mucho de nuestros ahorros, hace que la sensación sea diferente. Pero damos gracias a que tenemos unas vacaciones para descansar de las vacaciones.