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viernes, 29 de noviembre de 2013

Recuentro valenciano en Costa Australiana

Es increíble lo rápido que pasan las semanas cuando tu rutina es agradable y bastante ocupada. Básicamente, los días de semana son iguales unos a los otros, levantarnos, Geraldine disfrutar de la piscina, Helios disfrutar del ordenador, ir a trabajar o estudiar, cenar y si Geraldine no está muy cansada ver una peli o una serie. Pero, los fines de semana es lo que marca la diferencia.

El finde del 17 de noviembre íbamos a pasar el finde a las costas del sur, saliendo un poco de esta provincia y entrando en New South Wales. Pero como el tiempo no era muy prometedor y la idea de acampar con probabilidades de truenos no eran muy alentadoras, al final lo dejamos solo para el domingo, así que el domingo temprano pasamos por Gold Coast a recoger a nuestros amigos valencianos que se animaron a vivir esta experiencia igual que nosotros y le dimos la bienvenida en las costas de Byron Bay. Este pueblo a pesar de ser muy pequeñito es muy conocido por tener el punto más al este de todo el país/continente y unas playas especiales, ya que la formación del volcán permite que tengas playas más tranquilas y también playas ideales para los sufistas. No podemos decir que llegamos muy temprano (y solo son 2 horas conduciendo desde casa). Al llegar fuimos a un mercadito de productos locales, y lo que más nos llamo la intención fue un grupo de niños cantando delante de todos con unas voces espectaculares. Nuestra próxima parada fue el faro, uno de los mas antiguos del país y no era mucho más viejo del 1900. En este lugar también vimos delfines. Luego ya a disfrutar de las vistas y a hacernos una idea de lo bien que se estaría en la playa. 




Como ya el hambre apretaba, nos fuimos al Aldi y compramos hamburguesas y longanizas para hacer en las barbacoas, y directos a la playa. Cuando llegamos el tiempo empezó a empeorar exponencialmente, y terminamos comiendo bajo un techo de la escuela de surfeo en el suelo de lo fuerte que llovía. 



Con el día así, dimos por terminada la excursión  y volvimos para Gold Coast, pero como aun era temprano no queríamos volvernos para Brisbane y los chicos propusieron ir a un bar en el que los domingo las cervezas budweiser están a $3, y un filete de carne a 2. Era una de las cosas que mas extrañábamos de España, el poder irte de cervezas y tapas. Fue como estar en el cielo, o España, ya que además, a lo largo de la noche fueron apareciendo otros estudiantes del curso de Carlos e Inés, de habla hispana, y por un momento me olvide de que estábamos en Australia. Recuerden que si van a Sufers Paradaise un domingo tienen que ir al Waxy's!. Y ya con eso, terminamos el finde.

La siguiente semana paso como la anterior, rápida. La única novedad es que Helios no pasó e examen, y ya llegados a este punto no sabemos que mas intentar. Decidimos que vuelva al cole ya que le iba genial, pero están todos los coles llenos. Así que no queda otra que estudiar en casa por su cuenta, lo volverá a intentar el sábado 14 de diciembre.

El sábado no pudimos hacer mucho porque Geraldine trabajó de 6 a 11 de la mañana, y Helios de 10.30 a 18 hr. Al terminar llevamos a nuestra amiga brasil-japonesa a su casa y nos quedamos allí un ratito jugando con el bebe. Al volver queríamos cenar fuera, pero cuando lo intentamos se largó a llover con todo y por eso preferimos volver a casa a hacer pizza y peli.

El domingo aprovechamos la semana para hacer la compra, y luego nos volvimos a Gold Coast. Ya que Carlos e Inés nos invitaron a una fiesta-barbacoa-piscina/jacuzzi. Qué bonito edificio con semejante piscina y lo mejor de todo es que el agua no estaba fría, incluso el jacuzzi quizás estaba un poco caliente. Además de la comida de la barbacoa que nos salió genial, teníamos nuestra primera tanta de cervezas que después de 5 semanas ya están listas!.






Con decir que a pesar de estar enfrente del bar de las cervezas a 3 y el bife a 2, nos volvimos a casa sobre las 18, ya que después de tanto bañito estábamos mas que relajados.

Muchas gracias Carlos e Inés, por hacer estos dos fines de semanas inolvidables.


miércoles, 13 de noviembre de 2013

Nueva casa, nuevo trabajo....Nueva vida?

Por fin llegamos a destino! Nos instalamos en una casa provisional a 10 min de la ciudad por dos semanas. La verdad que acostumbrarnos a la casa fue fácil. Teníamos un compañero de piso de NewZeland que, aunque era un poco rarito, era un chico simpático. También había un par de gatos viviendo en la casa... por si no habíamos tenido suficiente en la granja.

En estos días nos dedicamos a buscar una casa definitiva. Encontramos una casa para quedarnos hasta mayo, ubicación media, precio medio y casa media. Le dimos el ok y compramos un colchón de segunda mano porque el que había se lo iban a llevar, pero al final la inmobiliaria no nos aceptó porque el visado de helios termina antes del fin del contrato de alquiler y si bien luego los de las casa nos dijeron que podíamos apañarla de otro modo, en ese momento  buscamos otras casas y decidimos no meternos en esa que tarde o temprano iba a dar problemas.

Entretanto, Helios tramito el Visado de Geraldine y se lo concedieron prácticamente al instante, asique si quisiera Geraldine se podría quedar hasta el 29 de noviembre del 2014 legalmente. Con respecto al examen de Inglés, si bien esta vez Helios sacó unas notas excelentes, falló en el writing, así que el sábado 9 se vuelve a presentar.

En nuestra búsqueda de casas, visitamos una variedad de casas increíbles, todo gracias a que esta por terminar el curso universitario y todos los estudiantes están dejando las casas. Finalmente, después de un gran dilema sobre cual elegir, nos quedamos con una casa en el medio de la montaña con una piscina conseguida que para pasar el verano nos va a venir de lujo. Además, la casa tiene una zona de barbacoas y una zona chill out donde nos encantaría invitarlos a que se relejan un poco. Es una especie de casa-hotel con 7 habitaciones, digamos que la casa es como una casa Erasmus (ya decíamos nosotros que teníamos que volver a repetir alguna experiencia similar). Ya hemos conocido algunos de los 6 habitantes y son súper simpáticos, lástima que algunos de ellos se irán pronto. La mudanza la hicimos el lunes 4 de noviembre (increíblemente entró todo en un solo viaje, colchón incluido).

Con respeto a los trabajos, seguimos limpiando esas 2 casas que nos representan muy poco trabajo y aun así es una ganancia de 100 dólares a la semana que nos viene de maravilla. Además, hicimos varias entrevistas y nos contrataron para el martes 5 de noviembre en un hipódromo sirviendo bebidas, con opción a que nos llamen para próximos días.

Hacia el final de la semana, Geraldine consiguió un trabajo y empezará el lunes. Es en un almacén haciendo pedidos (moviendo cajas), y la verdad que está muy emocionada porque le han dado el horario de tarde. Así no solo le pagan más a la hora sino que llegar le será más fácil porque se ahorra la hora punta. El sábado compramos las zapatillas con punta de acero y el chaleco reflectante que le exigían como uniforme.

Con nuestra nueva casa, aprovecharemos para tomar el sol y beber cervecitas caseras frescas en la terraza que poco tendremos que contarles, así que si esta vez tardamos en escribir es porque contarles cuantas cervezas bebimos no es una lectura entretenida.

Bueno actualmente llevamos una semana en la nueva casa y hemos aprovechado la piscina todo lo que hemos podido, pero digamos que hemos ido a la ciudad casi todos los días, cuando no era por una cosa era por otra. Finalmente el sábado Helios se examino de nuevo del examen de Ingles y aunque tenemos muchas esperanzas puestas, preferimos no hacernos ilusiones.




El domingo, nos desquitamos y nos pasamos el día disfrutando de la casa.  La verdad que nuestros compañeros nos encantan, y es una pena, que el lunes se va una de ellas y en pocas semanas otros también dejaran la casa. Solo queda esperar que los nuevos inquilinos nos gusten también. Además hemos dado una vuelta por la montaña, y hemos recorrido los 2 km que separan nuestra casa del look out que visitamos la primera vez que salimos con nuestro coche. Así que estar tan cerca de este punto nos trajo buenos recuerdos.



Nos vamos a dar un chapuzón! Vosotros disfrutar del invierno :P


PD: En el trabajo Geraldine al final le cambiaron el horario y comienza a las 12 en lugar de las 2, así que si bien cobra mas porque son mas horas, tiene menos tiempo para disfrutar de la piscina. El trabajo esta muy bien y es muy relajado (nada que ver con la fabrica), y resumiendo a lo que se dedica principalmente es a caminar (y con eso esta super contenta porque se ahorra el tener que hacer deporte o ir al Gym).

domingo, 3 de noviembre de 2013

Recorriendo Australia (4/4): Costeando desde Sydney hasta Brisbane

El martes lo teníamos pensado para ver las Blue Mountains, pero como se habrán enterado se quemaron todas. Esto supuso un gran cambio de planes no solo por la desilusión de no poder ir, sino porque el miércoles que era cuando pensábamos volver nos recomendaron los de la casa que no viajáramos porque iba a hacer más calor y eso podía suponer más riesgos de incendio en la costa. Entonces ese día decidimos hacer cuantos más quilómetros pudimos para quedar cerca de Brisbane y así estar más a salvo. Nos levantamos bien tarde y nos pegamos un mega baño de nuevo, esta vez intentamos encender las burbujas pero o no funcionaban o estaban desactivadas. Cuando terminamos de disfrutar de la casa nos pusimos en marcha dirección norte. El primer gran reto fue atravesar toda la ciudad sin pagar ningún peaje (y en eso tenemos que agradecer al que invento el GPS). Obviamente tardamos más, pero viendo el lado positivo vimos un poco más de estilo de la ciudad. Una vez pasado el meollo y entrados en la autopista que recorre Sydney-Brisbane en 900 km, hicimos nuestra primera parada cerca de un pueblo que se llama Broklyn (como el de Nueva York) pero les puedo asegurar que el sitio es exactamente lo contrario ya que se encuentra en un lugar con mucho parque natural y un rio precioso para navegar.


Nuestra  próxima parada fue solo a 80km mas adelante (igualitos a estos australianos que se hacen los 1.700km en un día...). El lugar se llamaba de Entrance y tiene ese nombre porque es un trocito de tierra que divide el mar del lago Tuggerat. La zona era muy bonita pero entre que aun era el comienzo y que no había mucho más que hacer en la zona que meterse al mar, continuamos viaje pero por la carretera turística en vez de por la autopista, así mientras hacíamos kilómetros íbamos viendo los paisajes y los pueblos. 


Otros 40 km más adelante encontramos el primer pueblo con información de turismo, y como ya se acercaba la hora de cierre nos bajamos a que nos informaran de lo máximo posible (seria la ultima oficina que encontrásemos abierta ese día). La joven de la oficina fue muy simpática y nos recomendó caminos alternativos en los que iríamos más lentos, pero que sin hacer muchos quilómetros de más, pasaríamos por bonitas zonas. Además nos recomendó algunos pueblos posteriores al que estábamos y nos dio un folleto donde aparecen recomendados los pueblos más bonitos en la costa. Siguiendo su explicación nos desviamos mas adelante y admiramos las vistas de otro lago (lago Macquarie). 


Tuvimos que dejar de lado la ciudad de Newcastel aunque era una de las primeras ideas, ya que el hombre que nos alquiló la caravana no nos lo recomendó y tampoco podíamos hacer paradas cada 30 km. Así que seguimos de largo un poco mas y nos desviamos unos 70 km para hacer la última parada del día en puerto "Stephens". Sin duda esa fue la mejor parada del día. Es la entrada natural del océano con una diversidad enorme pero que deja como resultado unas playas súper tranquilas y un hábitat que muchos delfines eligieron como lugar de alojamiento. Nosotros llegamos prácticamente al atardecer, y aunque el deseo de Geraldine de ver algún delfín mientras cenábamos no se cumplió, decidimos que es un lugar precioso para hacer excursiones y relajarse en la playa (a este lugar volveremos). Después de ir al faro y mirar las vistas desde la punta de la montaña, nos compramos un Fish and Chips para llevar y nos lo comimos en la punta del muelle apreciando las magnificas vistas. 



Ya después de esto no quedaba mucha luz como para hacer otra parada, y como solamente estábamos a 2 horas de Sydney, nos tocó ponernos las pilas en la carretera y dejar de hacer paradas porque los kilómetros aun no disminuían. Así que cerramos el folleto en el que nos nombraban las cosas interesantes e hicimos 220km del tirón (o por lo menos sin pararnos en pueblos). Pasamos la noche en un "rest area" muy cómodo y solo nos quedamos a 30 km del pueblo que queríamos ver la mañana siguiente.

La mañana del miércoles les volvimos hacer caso a la revistita y pasamos por un pueblo llamado Laurieton. Dimos allí un paseo por una iglesia que tenía unos jardines muy bonitos.



Otro punto que recomendaban era ir a ver las vistas desde la punta de la montaña. Al principio pensábamos que teníamos que hacerlo caminando y desde abajo te avisaban que eran como 5 horas. Nosotros no teníamos tanto tiempo, pero aunque el GPS no encontró el camino para llegar a la punta, la revista nos guió y así nos ahorramos caminar 5 km de subida. Las vistas desde arriba eran geniales, lástima que nosotros lo teníamos que intuir detrás de ese humo.


La siguiente parada era hacer esos 11 km que nos separaban desde la montaña a lo que veíamos desde ella. Fuimos costeando un lago en el cual se crían ostras (así que estuvimos atentos a ver si conseguíamos ostras frescas) hasta llegar al parque que hay en la punta, justo en la entrada del mar. En el bosque no lo pasamos muy bien porque estaba lleno de moscas y hormigas gigantes, pero una vez que llegamos a los miradores valió la pena. Nos hubiese gustado que el día estuviese mejor para poder bañarnos, pero que estuviera así nublado nos sirvió para no tener tanto calor en nuestro coche (el aire acondicionado no nos funciona muy bien que digamos).



La idea era hacer los 30km que nos separaban de Port Macquarie por el camino escénico sin parar, pero para dos jóvenes con ganas de recorrer mundo eso era mucho pedir. Nada más dejar el pueblo, encontramos un cartel de un criadero de ostras que las venia al público. Así que nos volvimos a desviar y hacer una parada mientras comíamos esas riquísimas y frescas ostras en frente del lago.



Después de eso si que fuimos buenos chicos y continuamos hasta justo antes de llegar al pueblo, donde había un faro en el que subimos a ver las vistas. Nos contaron que justo antes de que nosotros llegáramos había un grupo de 5 delfines jugando enfrente del faro. (Cachis!!)


Lo primero que hicimos en el pueblo fue pasarnos por el hospital de koalas. Si bien es mucho más grande que el de Brisbane, en este los koalas parecen menos contentos y se mueven menos. En fin, seguramente sea porque estaban más enfermitos que los de Brisbane.


La siguiente tarea era repostar gasolina y buscar un sitio para comer. Encontramos las 2 cosas prácticamente juntas y nos llevamos la sorpresa de que la porción de fish and chips estaba de oferta a 5 dólares. Así que pedimos 2 raciones y nos pusimos las botas comiendo frente al mar. Estuvo entretenido ya que había un par de surfistas que nos alegaban la vista mientras comíamos.


A partir de ahí como aun nos quedaban 6 horas para llegar a Brisbane, decidimos hacerlas del tirón y así llegaríamos sobre las 20.00. Habíamos reservado hace un par de días una casa por Airbnb, pero la chica no nos daba señales de vida, el pago había venido rechazado y ya empezábamos a dudar si tendríamos casa al llegar o no. Si no teníamos casa era un gran problema porque dormir en el coche en la ciudad no creemos que este permitido, y encima como si eso ya no fuera suficiente, despejó el día completamente y hacía mucho calor para el viaje de vuelta.
Después de hora y media de conducción, Geraldine ya se estaba subiendo por las paredes del calor que tenia, y aprovechó que pasábamos justo por al lado de un pueblo llamado Nambucca Heads para parar, ya que en la revista había una foto de unas playas muy bonitas y tranquilas justo donde desembocaba el rio. Sin desviarnos mucho, bajamos para que Geraldine pudiera refrescarse (en realidad ya con abrir la puerta era suficiente) pero como se había hecho la idea de meterse en el agua, se remojo un poco aunque no mucho ya que había un cartel decía que tuviera cuidado con los tiburones, medusas, corrientes y otros peligros (tiburones???). Aprovechamos para ver las vistas desde la punta de la montaña y seguimos el viaje ya que no queríamos llegar muy tarde a Brisbane.



Por el viaje pasamos por una zona de cultivo de cañas de azúcar y refinado del mismo que dejaron el coche con un olorcito rico, y esta vez logramos conducir 3 horas sin ninguna parada en pueblos. Paramos en un pueblo llamado Ballina, pero ya estaba oscurecido así que no tuvimos que explorar las vistas. En lugar de eso, elegimos un lugar para cenar (en este caso una pizzería). Cada vez veíamos menos probable llegar antes de las 21h a Brisbane y aun no teníamos contestación de la chica. Asique a 2 horas de llegar a Brisbane nos paramos en una Rest Area para pensar si pasábamos la noche ahí o no. Cuando decidimos que no teníamos otra posibilidad, nos contestó la chica y nos pidió disculpas, pero como decía que estaba en Reino Unido, había estado durmiendo hasta el momento. Como nos dijo la dirección, conducimos sin parar hasta la casa. Llegamos a las 22h y aun el chico que también vive en la casa estaba despierto. Nos enseño un poco por encima la casa y nos fuimos a dormir más que contentos, que por fin podíamos pasar la noche bajo techo. Un techo que como mínimo iba a ser nuestro por 1 semana.


Felicitaciones si leíste las 4 entradas, leíste un total de 4.280 palabras!! Seguramente hubieran sido muchísimas más si hubiésemos tenido más tiempo. Ahora lo que nos queda es alojarnos en la ciudad, adaptarnos al clima, y conseguir casa y trabajo.

Por si te perdiste en alguna parte, una imagen vale mas que mil palabras (en este caso, un mapa vale igual que los 2.700 km recorridos):