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jueves, 12 de enero de 2017

Sydney Y Tasmania

Ya estamos en nuestra nueva ciudad. Las 2 primeras semanas las teníamos en un Hostal hasta que conseguimos una casa que se pudiera llamar hogar. En nuestra segunda noche ahí, nos tocaron la puerta y nos ofrecieron trabajo temporal en una fábrica de cojines. Al principio solo para una chica y luego para los 2. Ósea que el que dice que el trabajo no toca a tu puerta no estuvo en nuestro hostal jajaja.

A partir de ahí nos mudamos a las afueras de la city, al barrio chino, prometemos que no lo hacemos apropósito, pero se ve que es el barrio que mejor nos trata porque siempre queremos vivir allí.
Los primeros meses fueron muy ajetreados con el trabajo, y además tuvimos problemas en nuestra primera casa y tuvimos que mudarnos. También hicimos un viaje fugaz a Brisbane a buscar nuestras cosas y, para colmo, en el viaje se nos rompió el coche nuevo (solo nos duró una semana!!!). Trabajábamos tanto que el domingo (nuestro único día libre) estábamos muertos, asique poco conocimos de la ciudad.




Tuvimos la suerte de ver el Vivid Sídney que es cuando hacen animación de luces en la opera house y otros edificios emblemáticos.



Aprovechamos la visita de Víctor para ir a conocer las 3 hermanas (unas rocas) en la Blue montain.





Ya empezado el verano no nos perdimos las típicas Barbacoas en la playa con amigos.



Ahora, una vez que estamos más estables en nuestros trabajos (helios como informático y Geraldine como jefecita en la fábrica) es cuando podemos ponernos al día con el blog y la vida viajera.

En diciembre teníamos vacaciones obligadas, y no perdimos la oportunidad de comprar pasajes para Tasmania. Uno de nuestros viajes soñados hace tiempo.
Para no empezar el viaje muy cansados el 24 pasamos una navidad en casa tranquila. Salimos a cenar a nuestro restaurante japonés favorito y volvimos a casa a brindar.


El 25 a primera hora de la mañana nos fuimos para el aeropuerto. Por suerte al ser un viaje local, no nos hicieron problema con las mochilas, a pensar que en la de mano llevábamos una tienda de campaña con ¡¡¡piquetas!!!! El vuelo más económico hacia escala en Melbourne y allí es donde nos encontramos con Flor, una amiga de la infancia de Geraldine quien nos iba a acompañar en la travesía por la isla de Tasmania.



Ese día llegamos tarde, y después de reservar el único uber de toda la isla y hacer el checking en el hostal nos fuimos a pasear por una ciudad Hobart fantasma. Conseguimos un Fish and Chip abierto e hicimos de ello nuestra cena.



El 26 nos levantamos pronto y fuimos a buscar el coche. Una vez que terminamos los trámites, nos fuimos a comprar lo necesario para sobrevivir en caso de no encontrar supermercados en toda la isla. Nuestra parada final del día era Freixenet park, que es una península verde a 3 horitas de Hobart. Claro está que en el camino aprovechamos para hacer paradas como catas de vino con lindas vistas o intentar como locos comprar ostras.



Llegamos al National Parck un poco tarde. Una vez comprado los tickets necesarios para poder visitar todos los parques de la isla, comimos unos sándwiches (para tener energías), dejamos de jugar con los wallabis del parking y nos pusimos a caminar. 



A pesar de que ya era un poco tarde, nos animamos a hacer la caminata de 4 horas que pasa por el mirador y las 2 playas. La verdad que a pesar de que en el viaje nos llovió un poco, el tiempo aclaró y nos hizo un clima de lujo para poder disfrutar de unas playas hermosísimas. Esa noche la pasamos en un camping gratuito cerca, llamado friendly beaches y seguramente se llamara así por los animalitos simpáticos que hay para recibirte.






El 27 teníamos que seguir viaje hacia el norte. Aprovechamos la mañana para conseguir esas cosas que nos moríamos de ganas de hacer en la isla: como comer ostras, comprar buen aceite de oliva o un buen queso de la zona.




Finalmente llegamos a la hora de la comida a Bay of fire, y aprovechamos las barbacoas de la playa para hacer una rica carne de esas que abundan en este país.




Después de comprar unas frambuesas caseras en una casa-granja, nos dirigimos al Bridestown Lavander Estate, en el que hemos hecho un tour de lo más simpático y aprendido bastante sobre los efectos medicinales de la lavanda. Aprovechamos para sacarnos unas fotos preciosas….



Decidimos pasar noche en el parque nacional Narawntapu o como muchos llaman Poo!! Haciendo referencia a la cantidad de mierdecitas que hay de tantos canguros, wallabis y otros animales por de la zona. Antes de que oscureciera nos hicimos amigos de todos los animalitos que rodeaban el parque y la zona de acampada.



Al día siguiente, un poco decepcionados porque se largó a llover, íbamos a dar una vuelta en coche por el parque cuando un guía se nos acercó a decirnos que iba a hacer una visita guida por el parque buscando flora y fauna!!! Imagínense la cara de Geraldine al pensar que podía encontrar wombats libres por los campos. Lamentablemente esta especie sufrió una enfermedad y el parque paso de tener 250 individuos a solo 20 que no encontramos. De todos modos, vimos 3 serpientes, miles de canguros y wallabis de las 2 razas y muchos pájaros… hasta cagadas del demonio de Tasmania!!!!






Después de la excursión, otra vez en coche hasta llegar al centro de la isla. Nuera próxima parada era el Lago Dove, pero desgraciadamente cuando llegamos estaba lloviendo asique no pudimos hacer la caminata de 2 horas que teníamos planificada. Como se nos estaba haciendo de noche y aún quedaban muchos kilómetros por hacer, decidimos omitir la parada de Quenstown y Strahan que son pueblos pesqueros y mineros, y pasamos la noche en un lago llamado Burbury a mitad de camino en un parque natural.





La mañana siguiente en direccion al Lago, nos desviamos a desayunar en un pueblo con mucho encanto.



Luego empezamos la caminata por el Lago St Clare que le da nombre al parque. Caminamos 2 horas entre vegetación y lago. Tiene un mirador para ver ornitorrincos, pero eso si tienes la suerte de ver alguno….



Ya con la excursión hecha, nos pusimos camino a Hobart. A mitad de camino hicimos parada en las cascadas Rusell que por no esperar nada de ellas nos han sorprendido. La vegetación en esta zona es más selvática y le da un aire mucho más misterioso. Como curiosidad hemos visto durante el camino plantaciones de lúpulo que usan para crear la cerveza nacionalmente conocida: Cascade.




Llegamos a Hobart para la hora de la cena y no pudimos evitar cenar unas pizzas, pero sin perder mucho tiempo que aún nos quedaban como 2 horas para llegar donde queríamos pasar la noche y no quedaban tantas horas de día.



A 10 kilómetros de llegar al camping que teníamos planificado vimos un cartel de que ya estaba lleno, o sea que con eso perdimos toda posibilidad de montar la tienda con luz. Buscando por la zona algún lugar para dormir sin que tuviéramos que volver muchos kilómetros, conseguimos que un señor nos dejara dormir en el parking de su negocio que estaba habilitado solo para caravanas con baño.
Al día siguiente nos fuimos a Port Arthur eternamente agradecido con el hombre que a las 22 de la noche nos dejó un lugar para poner la tienda.
Ese día teníamos que devolver el coche, asique íbamos con un poco más de prisa que la normal, y hemos descartado la visita a la prisión por precio y falta de tiempo. Preferíamos mucho más la caminata a los acantilados “Cape Hauy”. Es una caminata de unas 4 horas, que sin duda ha sido una de las mejores que hemos hecho en Australia. Como muchas veces decimos, Australia nos llama la atención por lo inmenso de todo, y esta camita en medio de la nada es un claro ejemplo de ello. Es impactante estar en una punta y ver el caminito finito y solitario que te espera en la parte de enfrente.



 Y cuando llegas a la punta, los acantilados y sus preciosos colores dejan sin respiración a cualquiera.


Lamentablemente, con esto se terminó nuestro viaje, asique no quedaba mas que volver a Hobart a devolver el coche antes de que cerraran las oficinas. Pasamos la noche en un hostal céntrico, que nos permitió salir a pasear por las calles ya por suerte no tan desiertas. Y además tuvimos la suerte de que los yates que parten desde Sydney cada año a Hobart justo acababan de llegar, y hacían un festival de la comida en su recibimiento. No perdimos la oportunidad de pegarnos una buena cena, con cervecita de Tasmania y buena música!!!
Al día siguiente cogimos un taxi bien temprano y al aeropuerto. Así pasamos la última semana del año. Ahora solo quedaba volver a casa y cocinar algo rico para despedir el año….


miércoles, 4 de enero de 2017

España!!!

Sí, finalmente después de 3 largos años pisamos nuestra tierra, y que podemos decir, estas vacaciones en España fue todo lo que soñamos y mucho más. Empezamos con unas semanas en Madrid, donde aprovechamos para relajarnos y ponernos al día con nuestros familiares. Pasamos unas navidades soñadas con la familia.




Una vez que el padre de Geraldine volviera a Argentina, nos fuimos a Valencia a pasar nochebuena con unos amigos en una fiesta disfraz.



El primero día del año lo queríamos pasar con nuestros familiares de Barcelona, asique gracias a la generosidad de Leila y Josean que nos dejarnos un coche, pudimos hacer los 330 kilómetros de vuelta a Barcelona.
La comida en casa de la Avia fue una emoción, entre celebración y reencuentros, por fin conocimos a nuestro nuevo primo/ahijado que enseguida nos robó el corazón.
El 2 de enero, nos fuimos de vacaciones con Carmen y Carlos a Cerdenya. Han sido unos días entre excursiones, piscinas y buenas comidas que nos han rejuvenecido completamente. Además llevábamos muchos años sin esquiar….


Una vez vueltos a la realidad y terminadas las vacaciones nos pusimos en marcha para averiguar qué requisitos necesitábamos para casarnos. Y que ingenuos que fuimos al pensar que siendo de diferentes nacionalidades eso era papeleo fácil. Gracias a contactos hemos podido tramitarlo relativamente rápido (aunque no sin antes luchar contra la burocracia italiana). Finalmente a mitad de mes decidimos que celebraríamos nuestra boda el 20 de febrero (aun sin saber si llegaríamos a tiempo a juntar todos los papeles para hacerlo oficial).
¿Quién dijo que se necesita un año para preparar una boda? Gracias al apoyo de nuestras familia y de nuestros amigos, hemos logrado hacerla posible en un mes. Eso sí, ha dado guerra tenerlo todo listo como queríamos.
Unos días antes del festejo pudimos empezar el expediente para casarnos, y esto cambió por completo el panorama. A pesar de no llegar a tiempo, el casamiento oficial ya estaba en camino.
El día de nuestra boda fue todo lo que quisimos y más. Sabemos que juntar familiares desde todas partes del mundo no fue algo sencillo, pero si de algo estamos orgullosos, es que cuando alguien quiere, se puede, y gracias a ellos pudimos estar rodeados de personas a las que amamos.



Para recuperar energías después de la boda, los que tenían que hacer menos kilómetros al día siguiente se quedaron a comer una paellita junto a la piscina.



Una vez dejadas las celebraciones de lado, volvimos a Madrid a despedirnos de Pablo que volvía a Argentina por segunda vez, y a pasar más tiempo con nuestros familiares de allí.
En abril viajamos a Argentina, un viaje de dos semanas que nos permitió hacer una segunda celebración de boda con los familiares de Geraldine. Una boda mucho más casera pero con el mismo amor. Nos hubiese gustado aprovechar este viaje para recorrer un poco de Latinoamérica, pero ya nos estábamos quedando sin tiempo.



Al volver a España, fuimos a la boda de una amiga de Geraldine. Asique vivimos al gran día desde el otro lado.



También tuvimos la suerte de poder ir al Viña Rock para que Geraldine recordara viejos tiempos.



Aprovechamos pasar el día de la madre en el País Vasco y celebrar el cumpleaños de Leila.



A pocos días de volver a Australia pudimos celebrar el cumpleaños de Helios y Manel.




Sin duda han sido unos excelentes 5 meses de vacaciones. Pero nos tocaba volver algún día, asique a finales de mayo nos volvimos a Australia, concretamente a Sídney a empezar una nueva vida como residentes australianos.