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martes, 4 de diciembre de 2012

Primeros días

Al llegar compramos las tarjetas para subir al trasporte publico e hicimos todo lo que nos habían recomendado para llegar a la ciudad. En la estación central había un McDonalds y a pesar de haber comido como unos cerdos en el avión, teníamos que continuar con nuestra tradición y probar las hamburguesas de este país. Luego salimos a la calle y fuimos hasta las orilla del río donde teníamos que subirnos a CityCat que es una especie de barco que va a toda castaña por el río. Solo 2 paradas después estábamos en el parque que esta cerca de casa de Philippa (la amiga de Pilar, que nos ayudo en todo los preparativos previos al viaje).

Cuando llegamos a su casa estaba su marido. Como estaba trabajando no quisimos molestarle, nos duchamos y dormimos una pequeña siesta. Ellos nos motivaron para que la siesta fuera corta para así adaptarnos al nuevo horario y dejar atrás el jetlag. Al levantarnos fuimos a buscar a Philippa al cole y conocer un poco la zona. Luego cenamos, y estuvimos hablando de cosas. La verdad que con ellos tenemos una buen comunicación y fue ideal al comienzo porque como vivieron en España cada vez que nos quedábamos atascados con el idioma ellos nos entendían igual (también puede ser porque ella es maestra y esta acostumbrada a gente con poco nivel).


 Los días en su casa fueron genial. Tiene un departamento con unas vistas magnificas. Ademas de tener aire acondicionado que hacían que nos sintiéramos más fresquitos. Por eso, esos días no salimos mucho de casa (ademas Geraldine estaba cansada).




Luego el viernes estuvimos buscando casa y encontramos un anuncio que nos gustó mucho. Quedamos para visitarlo el sábado y el domingo Richard y Philippa nos ayudaron a hacer la mudanza. Como despedida momentánea nos invitaron a cenar a un restaurante cerca de nuestra nueva casa. 



Luego los días en nuestra nueva casa fueron también "a lo perro" debido a las altas temperaturas. El primer día nuestro compañero de piso Xavier nos invitó a dar un paseo por la ciudad en el que nos enseñó el barrio, la Playa en el centro y las vistas de noche. 




Los días siguientes las temperaturas llegaron hasta los 41 grados, así que cuando se iba el sol salíamos a dar paseos, visitar el centro, hasta incluso madrugábamos para ir a hacer deporte (corrimos por el costado del río a primera hora de la mañana con destino la playa, nos refrescamos y volvimos para casa). También aprovechamos esos días para ir a hacer nuestras primeras compras (leche, cereales  frutas, verduras... cosas de baño y de la casa)

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