Día 1 de Kuala Lumpur
Al llegar es muy fácil, en mismo aeropuerto tienes un bus
que te lleva hasta la estación central. Hemos flipado con la calidad del autobús.
El shock de pasar de un país tercermundista a un país musulmán desarrollado fue
grande. Con los mapas que nos dieron y la información que teníamos, ya sabíamos
a donde queríamos pasar la noche: Chinatown. Nos pusimos a caminar y encontramos
nuestro hostal: Oasis Guest House. Que por 40 Rings (12 dólares) pasamos la
noche decentemente. Nos pusimos a callejear y comimos unos pinchitos por la
zona. También vimos el mercado nocturno de ropa de imitación en la calle de al lado
nuestro. La ropa mucho mejor que en filipinas.
Día 2 de Kuala Lumpur
Intentamos levantarnos pronto, pero conseguimos liarnos un
poco antes de salir, y entre pitos y flautas llegábamos al tren a las 10 am.
Casualidades de la vida que mientras buscábamos asiento en el tren nos
encontramos con Oku: un amigo del erasmus. Sabíamos que estaba de mochilero por
Asia, pero creíamos que aun estaba por Tailandia. Al igual que él se creía que
aun estábamos por filipinas. Pues entre que nos pusimos al día llegamos a las Batu
Caves sin darnos cuenta del tiempo. Como ellos estuvieron una temporada larga
por India, nos explicaron un poco los dioses que veíamos. Miramos templo y
subimos los 200 escalones hasta la cueva. La visibilidad ese día deja bastante
que desear, pero las rocas montañosas que nos rodeaban nos recordaban a las del
Nido en Palawan, solo que aquí no estábamos en el agua.
Cuando terminamos de sacar fotos a los monos y a las cuevas,
nos volvimos en metro a la zona central y nos pusimos de acuerdo en visitar el
barrio indio. Al final comimos unas sopas típicas del país con noodels y arroz,
y luego nos tomamos un té al estilo indio. Un poco desilusionados con el barrio
(no tenía mucho de India) nos volvimos para donde estábamos alojados. Ellos se fueron
para su hostal y nosotros seguimos callejeando y mirando mercados. Cogimos el
ordenador e intentamos que nos lo arreglaran. Encontramos para arreglarlo, pero
no queríamos sacrificar el teclado español, así que lamentándolo mucho
tendremos que esperar a Madrid para arreglar el teclado. Escribir el diario
está siendo complicado ya que la hilera de "8 i k ," no nos funciona.
Con la cámara pasó algo parecido. Nikon nos pedía 2 semanas para arreglarla, y
como no tenemos ese tiempo nos dijo que probemos en Vietnam. A ver si tenemos
suerte allí.
Pues cargados con la tecnología a cuestas, nos fuimos a ver
las esperadas torres petronas. No defraudaron, son enormes. No es de extrañar
que hayan sido las torres más altas del mundo por un tempo. Habíamos quedado allí
para ver los juegos de luces en la fuente de enfrente. Cuando oscureció, llegó nuestro
amigo y su pareja y continuamos las charlas. Al principio las luces dejaron un
poco que desear, pero después de media hora de calentamiento mejoraron ya con musiquilla
y todo.
Nos sacamos fotos con las petronas de noche y nos volvimos
andando y hablando para nuestro barrio. Allí cenamos pato con arroz y luego nos
tomamos una cerveza hasta las tantas que ya nos despedimos de nuestros amigos
hasta la próxima, quien sabe donde...
Día 3 adiós Kuala Lumpur: un día surrealista
Hoy a pesar de tener tiempo para salir a recorrer barrios, nos
hemos quedamos en el hostal aprovechando la wifi y recaudando información. Ya
sabemos que los cambios entre países nos desorientan un poco, y esta vez
queríamos estar preparados.
En el bus (que tan moderno nos pareció el primer día) de camino
al aeropuerto, se abrió el compartimento de las mochilas a medio camino, y
gracias a que una chica se dio cuenta nosotros ahora podemos contar la
historia. Nuestras mochilas fueron unas de las que salieron disparadas a la
carretera. Al llegar comprobamos que el ordenador no se hubiera estropeado (aun
mas) en la caída. Parece que todo está bien hasta que cuando pasamos el control
de maletas nos dimos cuenta que la de Helios se ha llevado un buen revolcón y
se le ha hecho algún que otro agujerillo, y eso que es nueva!
Como si eso no fuera poco, una vez dentro del avión nos hicieron
bajar y cambiar de avión, ya que había problemas técnicos y no se animaban a
volar con el primero. Todo esto obviamente con su correspondiente retraso de
vuelos. Llegamos 2 horas más tarde de lo esperado, haciendo que llegásemos completamente
de noche.
No hay comentarios:
Publicar un comentario